La huella de Cervantes en Madrid

Madrid se vuelca en la celebración del IV centenario de la muerte de Cervantes un año después de que un equipo multidisciplinar hallase los restos óseos del autor de El Quijote en el convento de las Trinitarias.

Esta historia termina en el Convento de las Trinitarias, en la calle Lope de Vega, con la colocación de una placa y un sencillo acto por el que se da sepultura oficial a los retos de Miguel de Cervantes Saavedra. Con ese acto, la villa de Madrid rinde homenaje al que fuera su vecino durante dos etapas vitales. El autor de El Ingenioso hidalgo Don Quijote de La Mancha, cuya primera parte fue publicada en Madrid en 1604 en la calle de Atocha de Madrid, en la imprenta de Juan de la Cuesta, por orden del librero Francisco de Robles.

En la puerta del convento nos encontramos con Rafael Fraguas, periodista multipremiado y miembro electo del Instituto de Estudios Madrileños. Fraguas ha documentado desde el primer día la búsqueda y el hallazgo de los restos óseos atribuidos a Cervantes –a falta de cotejar muestras de ADN, la certeza es abrumadora–, y es, además, una enciclopedia sobre la historia de Madrid. 

Con él recorremos los años de juventud del futuro escritor, marcados por su encuentro con un enfermo Bartolomé de las Casas en 1567, su educación con López de Hoyos, sus desengaños amorosos y los incidentes que marcarían su vida: la relación con Juan de Escobedo, asesinado en un complot que haría las delicias de los lectores de novela negra, y el duelo con Antonio Segura, episodios que le llevaron a salir de Madrid. 

Subiendo por el Barrio de las Letras y atravesando la plaza de Jacinto Benavente se llega a la calle Concepción Jerónima, donde se encuentra la Imprenta Municipal. Su director, Paco Marín, nos muestra una réplica de las imprentas del siglo XVI y XVII. En noviembre se inaugurará la exposición La corte de las Letras: Cervantes y el Madrid de su época. Marín nos explica que se incluirán piezas de la Hemeroteca Municipal, de la Biblioteca Histórica y el Archivo de la Villa.

Uno de los argumentos de la exposición, nos explica el director de la Imprenta, es que “Cervantes no es el mismo cuando está de joven y cuando tiene entre 60 y 69 años. Pero Madrid tampoco es la misma ciudad”. Dos años después del traslado desde Valladolid, Cervantes llega a un Madrid al que ha vuelto periódicamente y que verá su esplendor como autor y sus últimos días, rodeado de las mujeres que marcaron su vida. 

Será en Madrid donde se relacione con los grandes del teatro de su tiempo, especialmente Lope de Vega, triunfador en las dos grandes plazas de las artes escénicas:, los Teatros de la Cruz y del Príncipe. Una relación que tiene un punto de encuentro en el mismo Convento de las Trinitarias donde finaliza esta historia. Allí ingresó una hija de Lope, allí se escondió, dicen, un hermano de Pedro Calderón de la Barca tras otro episodio duelístico, y allí le visitó el autor de La Vida es Sueño, profanando el templo.

No es difícil seguir el rastro literario de Cervantes en Madrid. La celebración en 2016 del cuarto centenario de la muerte del autor más famoso de las letras españolas da muchas oportunidades para entrar en los escenarios del Madrid renacentista y barroco, pero también los valores universales que transmiten El Quijote y otras obras de Cervantes. El Ayuntamiento de Madrid se ha unido a las celebraciones mediante actividades, exposiciones, paseos, talleres, conferencias y conciertos. 

Pilar del Campo ha impulsado una de estas actividades: “El Quijote en Naipes” es una propuesta para “ampliar las miras” respecto a la obra de Cervantes. Ha sido expuesta ya en 16 bibliotecas municipales, en distritos como Tetuán, Retiro o Moratalaz. Para Del Campo, la actividad ha sido una forma de trasladar los valores que se conocen del Quijote a mayores y niños, valores como “la valentía, la amistad o el compañerismo”. 

El empeño por trasladar a los barrios esa visión de un Cervantes humanista, “que creía en la igualdad pero no en la uniformidad de las personas”, como explica Rafael Fraguas, se ha traducido en un programa que ha tenido cabida dentro y fuera del Barrio de las Letras, allí donde se sitúa el Convento donde reposan los restos del autor de El Quijote.
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